miércoles, 25 de noviembre de 2015

Con una taza de Té.

Antonio volvió a casa caminando con prisa. Nadie le esperaba en casa, vivía solo. Al abrir la puerta, oyó un ruido, un vaso se cayó al vacío y se desintegro en cristales enanos. Corrió hacia él, rápido como un felino, su gato; era un gato siberiano, un animal astuto y una gran fidelidad a su dueño. Entró en la cocina y cogió su taza favorita, la lleno de agua y la calentó para prepararse un té, siempre decía que el té relajaba mente y cuerpo, lo tomaba todos los días.

Se sentó en su sillón de cuero negro, le dio un sorbo a la taza y abrió un buen libro. -Vaya mierda de día- pensó, mientras las frases que leía pasaban inadvertidas. Antonio se enfurecía cada vez que sus pensamientos eclipsaban su rato de lectura, para él este momento del día, era sagrado.

Siguió leyendo, queriendo olvidar las cosas del mundo.-"Ella era preciosa, la mujer mas bella y la más inteligente."- leyó. Palabras que hacen a Antonio recordar a Lucía. -Era hermosa, recuerdo su mirada llena de luz, su pelo tan brillante como el oro, su sonrisa que me hizo feliz- dijo después de beber de la taza, sintiendo el aroma que desprendía el té.